Nuevamente, al abrigo del sector alkalino-vikingo y mediante gestión directa del Vikingo del Año (maese Trompos) y el poder en la sombra (maese Berrendo), Alcalá recibió con los brazos abiertos a una expedición vikinga acompañada de mujeres y niños para gozar de sus fiestas.
La jornada fué perfecta, incluyendo lustrosa comida con chuletón, largas tiradas de birra y vino así como fontanas de copeteo y patxarán. Se celebró adicionalmente el primer campeonato vikingo de mus donde Berrendo y Pitillín arrassaron a la competencia.
El día finalizó al abrigo de la parrilla y los licores, entre abrazos de camaradas y cánticos regionales, mientras los vástagos paridos disfrutaban de la imponente feria de la ciudad universitaria.